Él la consoló cuando quedó huérfana y ahora ella pierde la vida en brazos de su cuidador

Andre Bauma rescató a Ndakasi hace catorce años y estuvo a su lado cuando se despidió de este mundo.

Los vínculos entre los animales y los humanos no dejarán de sorprendernos. Cada vez que un animal se deja querer por su cuidador los resultados son muy enternecedores. Esto es precisamente lo que ocurrió en la República del Congo, en el parque nacional de Viranga.

La relación afectiva entre un cuidador y una gorila era motivo de conversaciones por parte de los protectores de los animales. Y es que las cualidades del humilde trabajador del santuario de animales, le permitieron unirse de una forma singular junto a la primate Ndakasi.

Andre Bauma rescató a la bebita gorila, luego que unos cazadores le quitaron a su madre. El cuidador cumplió funciones de padre adoptivo en la vida de Ndakasi durante más de diez años, creándose una relación muy especial.

Bauma pudo percibir desde el principio que la bebita primate percibía los cuidados que se le propiciaban. Y aunque en el centro donde se encontraba, existían otros profesionales dispuestos a brindarle la misma atención, Ndakasi solo se sentía bien en compañía de Andre.

Con una gran sentimiento, el cuidador recuerda como fue el primer encuentro con Ndakasi.

Al verse desprotegida y sin su madre, la pequeña gorila buscaba donde estar a salvo. Andre se encontraba en la zona y no dudó en ningún momento en abrazarla. La pequeña gorila no paraba de moverse hasta que el noble cuidador la calmó.

El desarrollo de Ndasaki fue completamente normal en el parque nacional de Virunga. Corría, brincaba y se la llevaba bien con otros gorilas. Pero sobre todo, manifestaba una alegría sin precedentes cuando llegaba su amigo, Andre Bauma.

Con el pasar del tiempo la alegría se tiñó de gris cuando la pequeña Ndakasi empezó a desarrollar un afectamiento de salud que le aminoraba su calidad de vida. Lo único que podía calmarla, era estar en los brazos de Andre.

Cuando la gorila se despidió de este mundo, su cuidador expresó su emoción en un comunicado:

Fue un privilegio apoyar y cuidar a una criatura tan cariñosa, sobre todo sabiendo lo que vivió Ndakasi a una edad muy temprana. Se podría decir que salió a su madre, Nyiransekuye, cuyo nombre significa ‘alguien feliz de acoger a los demás’.

Ndakasi saltó a la fama hace unos años, cuando fue retratada en una pose muy curiosa. La imagen colocaba a la gorila imitando un gesto del cuidador. Esto demostraba el carácter tan apacible de Ndasaki. Hoy no solo la extraña Andre, sino todo aquel que la conoció.

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