Joven desarrolla una farola autónoma que se alimenta del viento

En una era donde el consumo energético debe atenuarse, surgen iniciativas novedosas que valen la pena considerarse. Una de ellas, son las farolas autosuficientes que generan su propia energía y con cero emisiones, que bien pudieran utilizarse en las grandes urbes.

“La contaminación lumínica y el creciente consumo de energía tienen cada vez más un impacto drástico en la naturaleza y los seres humanos. PAPILIO es una farola con un espectro de luz amigable con los insectos, que genera energía mediante un motor eólico integrado. La producción de energía climáticamente neutra se convierte en un juego estético que enriquece el espacio público, tanto de día como de noche”. Señalan desde la página oficial de Tobías Trübenbacher, el creador de estas farolas.

Tobas, el ingenioso joven detrás de esta idea.

Es el joven es el responsable del desarrollo de esta magnífica invención. Esta increíble farola con una mini turbina eólica en forma de veleta que además tiene un efecto visual agradable.

La farola autosuficiente enciende solo cuando es necesario, ya que genera su propia energía limpia. Papilio puede combinarse con el alumbrado público, reduciendo considerablemente el impacto ambiental.

En primera instancia, estas farolas fueron diseñadas con la finalidad de minimizar la contaminación lumínica. Conocidas como Papilio, son ideales para quienes desean reducir o desaparecer las tan dañinas emisiones de gases tóxicos a la atmósfera y que son generados por el alumbrado público.

Pero, ¿Cómo funcionan las farolas Papilio?

En el funcionamiento de estas farolas el viento es el protagonista principal, ya que de él depende el que las cuatro palas aerodinámicas de chapa plegada sean movidas, así como una mini turbina eólica, cuya forma es similar a una veleta. Estas deben contar con una separación del suelo de 3 a 6 metros para luego ser fijadas a la pared, de esta forma se aprovechan mejor las potentes ráfagas de viento.

Gracias a la presencia de un generador integrado de 300 vatios, la energía cinética proveniente del viento posteriormente es modificada a energía mecánica. Esta última, finalmente es transformada en energía eléctrica la cual pasara luego a formar parte de la reserva de una batería recargable.

“Tenemos que combatir urgentemente la contaminación lumínica y la pérdida de biodiversidad que conlleva. Esto solo puede ocurrir si las propias ciudades generan energía, a través de sistemas descentralizados e integrados localmente, y de productos más sostenibles repartidos en grandes cantidades por los espacios urbanos. En este contexto, la energía eólica representa un potencial a menudo infravalorado, pero en constante crecimiento”. Señala el autor de la idea.

Recientemente se han hecho pruebas con estas farolas en varios sitios de Berlín, Alemania, dando como resultado, una medida de hasta 12 voltios de electricidad en condiciones normales de viento.

Según Tobías, dichas farolas son capaces de iluminar ciudades enteras sin contaminación, debido a la acción autosuficiente de cada turbina. Así mismo, su funcionamiento no depende de una compleja infraestructura eléctrica.

Adicionalmente, para la reducción de la contaminación lumínica, las farolas están equipadas con sensores infrarrojos que ayudan a que solo se enciendan cuando alguien pasa por delante.

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