Cansado de ver la incapacidad del gobierno para gestionar alternativas ecológicas, Anand Dhawaj Negi decidió emprender la labor de dar vida a un bosque verde que se extiende por 90 hectáreas en el desierto de Himachal Pradesh en la India. A sus 74 años de edad, dejó un legado digno de mención.
Se trata de más de 30.000 árboles que se encuentran plantados a 3200 metros sobre el nivel del mar. Enebro, robinia, sauce, álamo, y otras coníferas son las especies más abundantes en este bosque. En este lugar se produce patatas, guisantes, espárragos, girasol, setas, frijoles, albaricoques y manzanas.
La idea comienza a tomar forma en la década de 1990, cuando Anand Dhawaj Negi se encontraba trabajando con el Programa de Desarrollo del Desierto (DDP) impulsado por el gobierno. Allí se percata del desperdicio de recursos, que pudieran servir para proyectos más significativos.

Como esta problemática persistía, Anand obtuvo el permiso para iniciar un servicio voluntario para desarrollar un bosque en Thang Karma.
En 1998 empezó en este proyecto de una manera activa, y cinco años más tarde gestionó su jubilación para dedicarse por completo a la plantación masiva de vegetación en el mencionado desierto. Para ello, se dejó guiar por la experiencia local que tienen los lugareños en plantaciones cercanas a este lugar.

La labor no fue para nada sencilla, ya que no existen fuentes de agua cercanas al lugar. Tuvo que gestionar la labor de traer el preciado líquido de una distancia de 6 kilómetros.
Al comienzo, la mayoría de los árboles plantados no sobrevivían, hasta que logró perfeccionar la técnica, y así obtenerun porcentaje muy bajo de árboles que se ‘echaban a perder’, es decir, el 1 %.

Anand también observó que el suelo carecía de nitrógeno. Para poder lograr esta condición necesaria, plantó tréboles a lo largo de los canales de riego, los cuales retienen el agua y desvían las liebres que destruyen las cosechas. También utilizó plantas que posibilitan la transformación del suelo, hasta convertirlo en terreno fértil.

Anand Dhawaj Negi aprovechó el terreno para criar cabras chigum. Estas producen lana de cachemira, que es de una calidad reconocida. La carne de estos animales es muy buscada y el estiércol que producen contribuye a aumentar los nutrientes del suelo.

Anand dejó un legado invaluable, ya que inspiró a más de 200 agricultores a realizar tareas similares. Siempre será recordado como el emprendedor que modificó una tierra árida, hasta convertirla en un terreno fértil. Anand Dhawaj Negi se despidió de este mundo en el pasado mes de mayo del 2021.