Científico crea un concreto que se auto-repara absorbiendo dióxido de carbono del aire

La conciencia medioambiental cobra cada día más fuerza.

El sueño de cada persona en el mundo es que dentro de su hogar pueda contar con la temperatura adecuada no importando la estación. Para ello se busca siempre los sistemas de calefacción dependiendo la ubicación geográfica. Muchos de dichos sistemas, tienen una carga energética muy fuerte.

Pero ¿si pudiera existir un material de construcción que pudiera aportar lo mismo pero sin tener que afectar tanto el planeta? La iniciativa en sí, es un avance en esta temática. La eficiencia energética de las viviendas puede lograrse gracias al cemento termocrómico y el hormigón autorreparable.

Cemento termocrómico

Es un revestimiento que puede cambiar de color en función a la temperatura del exterior. Cuando la temperatura es baja el color del cemento se coloca de forma oscura y ocurre lo contrario cuando es expuesto a altas temperaturas. Estos cambios inciden en la temperatura de la fachada y por lógica el interior de la habitación se modificará. Este comportamiento del cemento termocrómico es muy parecido al que ocurre con la pintura.

Hormigón autorreparable

Los desarrolladores han logrado semejante material que permite que el mismo pueda ser reparado cuando sea afectado por fisuras internas. El sistema cuenta con microcapsulas que al romperse se pueden volver a juntar. La reparación de las aberturas pueden llegar hasta 150 micrómetros de ancho.

“Si las grietas pequeñas pudieran repararse automáticamente cuando se inician por primera vez, no se convertirán en problemas mayores que necesiten reparación o reemplazo. Suena ciencia ficción, pero es una solución real a un problema importante en la industria de la construcción ‘. Señaló el autor de este material, Nima Rahbar en un comunicado publicado por el Worcester Polytechnic Institute.

Al presentar un material que tenga un impacto ambiental menor que los ya conocidos, puede significar un antes y un después en la construcción. Los investigadores piensan que se puede aumentar la vida útil de estos materiales cinco veces más.

El proceso sólo dura 24 horas, lo que es mucho más rápido que otros hormigones autorreparadores. La rapidez es importante porque cuanto más rápido se repare una nueva grieta, más tiempo podrá funcionar una estructura de alta calidad. Su equipo cree que el material compuesto podría alargar la vida de un proyecto de construcción típico de 20 años a cerca de 80.

Queda como materia pendiente evaluar el costo de producción. El asunto de la rentabilidad es lo que puede frenar la producción masiva de este material. Las nanopartículas que se han investigado hasta ahora tienen un coste elevado, no obstante, según los científicos, harán todo lo posible para que este novedoso material esté pronto en el mercado.

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