Se trata de Xóchitl Guadalupe Cruz y la materia prima la consigue con botellas y mangueras de goma.
En la zona de Altos de Chiapas, México es común observar que las personas de menos recursos tengan de afecciones respiratorias por bañarse con agua fría. Esta razón fue la que llevo a Xóchitl a construir un calentador de agua de bajo costo y con materiales de segundo uso.
Chiapas es uno de los estados más humildes y modestos de la nación mexicana. En esta dependencia viven muchas personas de bajos recursos y algunas de ellas tienen una vida austera producto de las afectaciones de la sociedad. Es por esto que muchos no cuentan con calefacción o agua caliente.

Los más afectados son los adultos mayores y los niños que obtienen problemas respiratorios ocasionados por los cambios climáticos y el agua fría. Ante eso, los que están en edad escolar ven con dificultad desarrollarse de una forma normal en sus estudios.

Pero donde existen desafíos se presentan opciones de salir hacia adelante y esa realidad la demuestra esta niña singular. Desde muy corta edad, Xóchitl asiste a un taller científico de un programa llamado PAUTA.
El mismo se caracteriza por tener profesionales que sirven de tutores para los niños con inclinación científica. Bajo el lema “Adopta un talento”, los profesores también le crean la capacidad de invención de los estudiantes.
Con la mencionada inducción científica, Xóchitl Guadalupe Cruz pensó en hacer un calentador de agua a bajo costo y que sea alimentado por el sol.

Xóchitl juntó los diferentes materiales para hacer el calentador, entre ellos una manguera negra de 15 metros, 10 botellas PET que pintó de negro, bridas de plástico, una base de madera, nailon negro y vidrio reciclado.
La niña quien hizo un boceto en su cuaderno de como sería el calentador, dijo lo siguiente: “Usé las puertas de vidrio de una hielera rota para crear un efecto invernadero.”
Al tener los materiales necesarios, Xóchitl con la ayuda de su padre ubicó el calentador en la azotea de la casa y al terminarlo demostró que el calentador era capaz de calentar diez litros de agua entre 35 y 45 grados centígrados en clima frío.

El orgulloso padre quien es maestro de vocación, menciona al ver el logro científico de su hija: “Estoy muy orgulloso de mi hija porque aquí en Chiapas es muy difícil sobresalir en ciencias … Como maestros no tenemos esa especialización, y poco a poco vamos descubriendo cómo enseñar a los jóvenes, La verdad es que hemos aprendido mucho con ella “.
En el 2018, ganó el Premio de Reconocimiento a la Mujer del Instituto de Ciencia Nuclear (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Hay personas de bajos recursos que no tienen posibilidades de comprar esos calefactores, entonces talan los árboles para conseguir la leña y eso afecta al mundo con el calentamiento global”, menciona la niña, mientras reconoce que tiene en mente realizar la construcción de un calentador de mayores dimensiones.
La historia de Xóchitl es una prueba viviente de que la inspiración y la innovación se pueden encontrar en las cosas más simples. Y que cualquier ser humano no importando su edad, puede aportar conocimientos para marcar la diferencia.