En Australia han logrado una alternativa para enfrentar un problema mundial.
La población mundial que consume nicotina en el mundo no solo tiene un problema de salud. También debe reconocer que su práctica genera desperdicios al medio ambiente de gran consideración.
Y es que las colillas de cigarrillo no aportan nada al medio ambiente. Más bien, urge encontrar medidas que puedan enfrentar esta situación de una forma permanente. Tan solo en Australia se fuman entre 25.000 y 30.000 millones de cigarrillos con filtro al año, y se desechan unas 7.000 millones de colillas.
Afortunadamente Investigadores del Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Universidad RMIT), en Australia, han encontrado la forma para utilizar las colillas de cigarrillo de una manera que beneficia a todos.

Los datos que se manejan es que a nivel mundial se producen más de 6 billones de cigarrillos al año, lo que supone millones de toneladas de residuos tóxicos vertidos en el medio ambiente que se mezclan dentro del ecosistema.
“Convertir las colillas en ladrillos es una forma fiable y práctica de resolver este terrible problema medioambiental, al tiempo que se reducen los costes de producción de los ladrillos”, afirma Mohajerani quien ha llevado a la fama este proyecto.
Los experimentos han mostrado que el ladrillo cuenta con una consistencia muy superior al convencional y que en su elaboración se consume menos energía que el proceso tradicional. Los ladrillos fabricados con colillas son más ligeros y proporcionan un mejor aislamiento, lo que supone una reducción de los costes de calefacción y refrigeración de los hogares. Esta eventual construcción es muy práctica en latitudes donde las temperaturas son bajas.

“Tenemos que hacer mucho más para impedir que las colillas contaminen nuestras calles, ríos y océanos, y evitar que filtren toxinas nocivas a nuestro medio ambiente. Nuestro objetivo final es un mundo libre de contaminación por colillas de cigarrillos: nuestro plan de implementación de la industria esboza los pasos prácticos necesarios para llevar esta visión a la realidad” afirma el profesor antes mencionado.
Abbas Mohajerani es un profesional acreditado que ha experimentado con ladrillos hechos de colillas de cigarrillos. Este profesor ha destinado parte de su carrera a la investigación de métodos sostenibles de reciclaje de colillas, y también ha desarrollado una tecnología para incorporarlas al hormigón asfáltico.
El estudio que presenta Abbas de la elaboración de estos ladrillos es muy completo. En el mismo se explica que los métodos incluyen colillas enteras y colillas trituradas. También se menciona una premezcla en la que las colillas se incorporan a otros materiales de fabricación comercial de ladrillos.

Como se está utilizando el residuo de algo que no fue concebido precisamente para la construcción, puede significar un reto. Sin embargo, las pruebas científicas de este material llegan hasta el comportamiento de las bacterias nocivas que se encuentran en las colillas.
Las soluciones técnicas tendrían que ir acompañadas de leyes estrictas y de un mayor control de la basura. Además deben acondicionarse los recipientes de recolección de colilla que estén a la mano de los fumadores habituales.
“Se necesitan hasta 30 horas para calentar y cocer los ladrillos, por lo que se trata de un importante ahorro económico”, dijo Mohajerani. Los materiales pesados como el arsénico, el cromo, el níquel y el cadmio quedan inmovilizados en los ladrillos.

El profesor Mohajerani afirma que las soluciones técnicas deben ir acompañadas de leyes más estrictas contra la basura. “Las autoridades locales también tendrían que proporcionar más contenedores especializados para las colillas, tanto para evitar que se tiren a la basura como para facilitar la recogida para el proceso de fabricación de ladrillos”.