El notable hallazgo fue conseguido por científico peruano.
Para la Organización Mundial de la Salud, el arsénico es una sustancia muy peligrosa que está ligada a la presencia de afectaciones a la salud humana.
Por lo que encontrar elementos naturales que puedan minimizar su influencia negativa, son motivo de búsquedas constantes. Al parecer, Manuel Chavez Ruiz ha encontrado una manera de hacerlo.
El químico Manuel Chávez Ruiz a través de su investigación reveló que la cáscara de coco sirve como un insumo para elaborar un tipo de filtro que elimina metales pesados como el arsénico de las aguas del río. Semejante descubrimiento permite tener esperanza.

En el Perú como en muchos países, el sesenta por ciento de las aguas están muy contaminadas. El mal llamado progreso industrial ha dejado una huella que no se puede borrar tan fácilmente.

La contaminación de los ríos, lagunas y quebradas son un tema de preocupación. Si la calidad del agua baja, la salud de la comunidad puede verse comprometida. Ahora bien, cuando existe la esperanza de hacer algo para sanearla vale la pena intentarlo.
En el país inca se han hecho estudios que han demostrado que existen más de 200 microgramos de arsénico por litro de agua en sus ríos. Estos niveles sobrepasan los 10 microgramos por litro que es lo que se estipula.

El científico peruano realizó un tipo de filtro con cáscara de coco que después de un proceso químico se logra una esponja que pueda absorber el arsénico. El metaloide se adhiere a sus poros cuando esta se introduce en el agua.
La cáscara de coco ha sido probada exitosamente en soluciones con altos contenidos de arsénico y los resultados son satisfactorios. Además en Perú, se pueden conseguir las cáscaras de coco de una forma muy fácil.

“El carbón activado debido a su gran área superficial y que al combinarlo con otros agentes tienen capacidad de adherirse al arsénico, produce un nuevo material compuesto que sirve como medio filtrante y puede ser empleado en la remoción del metaloide”, explicó el químico Mario Ruiz.

La elaboración y aplicación del carbón activado a partir de la cáscara de coco, se logra con bajo costo de producción, e inclusive se puede implementar en países donde no sea natural conseguir las cáscaras de cocos.