El Springer Spaniel Inglés se encontraba con un afectamiento a su salud y perdido en la montaña.
Se ha dicho que un reflejo de la sociedad moderna es la forma en que se trata a todas las formas de vida existentes en el planeta. La siguiente historia es un ejemplo de esta afirmación.
En una excursión hacia la montaña que realizaba Tia Maree Vargas en Idaho Falls, Estados Unidos, junto a su padre de 76 años, Ted Kasper se encontraron con un necesitado canino que se había alejado de su familia.
Sin dudarlo, la valerosa mujer decidió llevar sobre sus hombros al necesitado animal de unos 25 kilos durante aproximadamente durante seis horas. Tia no quería compartir la carga con su padre, ya que este se encontraba agotado.

El perro tenía en su cuello una placa, que decía que su nombre era Boomer, por lo que se permitió pensar que alguien debía estar buscándolo. Su padre mientras caminaban, le tomaba fotografías.

“Si fuera mi perro o mi hijo o alguien a quien amo, me gustaría que alguien hiciera eso por mí. No hay forma de que pudiera dejarlo allí y tener el corazón en paz” mencionó la heroína.
El canino tenía los ojos afectados así como pequeñas afectaciones en sus patas. Aparte de eso no podía caminar. Ayudarlo fue un reto, pero el esfuerzo bien valió la pena.

“Recogí al perro, sentí la dificultad de inmediato. Nunca antes había sentido nada como eso. Tuve que meterme debajo de él para levantarlo sobre mis hombros. Lo llevé hasta donde estaba mi padre” recuerda Tia Maree Vargas con un gesto de orgullo en su cara.
Su padre le gastaba bromas en todo el camino, para que Tia no se rindiera. “¿No crees que esta caminata sea lo suficientemente difícil? ¿También tienes que llevar un perro?. Mi papá me hace reír. Su sentido del humor me ayudó a seguir adelante. Es un gran hombre” reconoce la agradecida hija de Ted.

“Nos perdimos dos veces. No pudimos encontrar el rastro debido a la nieve y los árboles que cubrían el camino, entonces empezó a llover. Tenía afectada la cabeza y el cuello, las piernas no respondían. Estaba al borde de las lággrimas pensando: ‘Tengo que sacar a este perro, no quiero dejarlo a su suerte”.
“Cuando quise renunciar fue cuando oré. Sentí algo inexplicable, fue como si alguien hubiera quitado el peso de mis hombros. La oración y las bromas de mi padre me dieron fuerzas. Pensé: ‘Estoy bien. Puedo hacer esto'”.




“Nos sentimos agradecidos de tener algo que darle. Mi papá le dio una buena porción de su sándwich y yo le di unas galletas“.
El retorno de Tia con su padre presentó varios obstáculos. El clima, lo empinado del camino montañoso, la falta de energías, y el hecho que el sendero conocido estaba cerrado por las autoridades. Tras caminar 11 kilómetros durante seis horas se encontraron con una nota dejada por la familia de Boomer. “Perro perdido llamado Boomer, llama a este número” decía la nota.
Lo que le ocurrió a Boomer fue que se alejó y se fue por una grieta nevada de aproximadamente 30 metros y luego rodó 60 metros más.

La historia tomó un giro inesperado, ya que al hacer la llamada con la familia los dueños le pidieron a Tia que cuidara de Boomer. La razón es que tuvieron que mudarse a Arizona.

“No he tenido un perro en 15 años, pero Boomer ahora es como un hijo y 100% parte de nuestra familia.”, recuerda Tia.

Actualmente Boomer se encuentra recuperado y acompañado de una gran persona que lo ama y lo cuida como si fuera su propio hijo.