Joven convierte el agua de coco en ‘cuero’ resistente para dejar a un lado el de origen animal

La Startup de Kerala fundada por Zuzana Gombosova mantiene un alto concepto ecológico.

El maravilloso producto que reducirá de forma notable el uso del cuero convencional, tarda solo entre 90 y 150 días en descomponerse en ambientes naturales. El aspecto es muy fino y se crea a partir del agua de coco.

Desde hace mucho tiempo, compañías emergentes con un alto contenido de conservación y protección animal, buscan la manera que se reduzca la fabricación de cuero, que fomenta el afectamiento de las especies.

Gombosova comenta acerca de su invento: “Este material biocompuesto flexible tiene un ciclo de vida circular. Utilizamos materias primas como residuos de coco, tallo de plátano, fibra de sisal y fibra de cáñamo que no requieren ningún uso de energía ni productos químicos. El producto final es biodegradable y puede descomponerse en 150 días. Nuestro producto es vegano y respetuoso con el medio ambiente.”

La empresa con sede en Kerala, Malai Biomaterials Design Pvt Ltd, está produciendo un material que surge a partir de agua de coco y tiene el aspecto y el tacto del cuero. Esto pudiera agregarse a los múltiples beneficios que aporta el coco a la vida diaria.  

La fusión creativa entre Zuzana Gombosova y el ingeniero Susmith C Suseelan dieron origen a este material. La preocupación compartida de ambos por el medio ambiente los llevó a invertir un año de investigaciones y pruebas.

Zuzana es una diseñadora de Eslovaquia con sede en India, que desarrolló el material junto con Susmith C Suseelan, un ingeniero de Kerala. Una pasión compartida por la industria de la moda y una profunda preocupación por el medio ambiente, llevaron al dúo a invertir casi un año para perfeccionar el producto y lanzar la empresa. 

Empresas interesadas en el nuevo material se están abriendo en el mundo de la moda con bolsas de servicio, bolsas de mano, bolsas para computadoras portátiles, bolsas con cinturón, billeteras, y mini mochilas, todo esto a base del agua de coco.

Durante su maestría en la Universidad de Artes de Londres en 2013, Zuzana basó su tesis en torno a materiales cultivados microbianamente. En el proceso de fermentación natural se observaron ventajas que podían utilizarse de una forma comercial, por lo que la actividad de formas de vida unicelulares, pasó a ocupar su curiosidad desde ese instante.

Estudié cómo se utilizan las bacterias que crecen en el coco en la industria alimentaria de Filipinas y en la industria de la moda en muy pocos lugares. Sin embargo, debido a la falta de disponibilidad de cocos en Londres, no pude experimentar en detalle. La idea se quedó conmigo”, dice la fomentadora de una forma de vida sustentable.

Zuzana estaba consciente del enorme potencial presente en la celulosa bacteriana del agua de coco, y se lo hizo saber a Susmith. A fin de llevar a cabo sus sueños de una vida sostenible, partieron a Channapatna, una ciudad ubicada en el distrito de Ramanagara de Karnataka, destinaron todo lo que tenían ahorrado para la investigación y desarrollo de ideas parecidas.

La idea de ambos emprendedores era lograr un producto resistente. Para esto era necesario una certificación de los profesionales correspondientes y saber el concepto de la empresa alemana TUV.

Una certificación TUV valida que el producto de muestra ha sido probado para su seguridad y cumple con los requisitos mínimos de la Ley de Seguridad de Productos y Equipos de Alemania. Según la certificación, el producto es bastante bueno en comparación con el cuero. Es elástico y tiene el mismo grosor que el cuero”, dice Zuzana.

Lo mejor de este proceso creativo es que no utiliza elementos químicos irresponsables. Por lo que va de la mano con la tendencia de pensamiento creativo. Los creadores son conscientes de que las reglas del juego están cambiando.

Al recolectar los cocos, se dejan en el agua, se esterilizan y se colocan en reposo para la acción bacteriana. El proceso final da como resultado celulosa gelatinosa que se mezcla con fibra de plátano o goma de mascar.

En cuanto al proceso de fermentación la ecologista menciona:“El período de fermentación dura entre 12 y 14 días, al final de los cuales se produce una hoja de ‘gelatina’ de celulosa. La celulosa bacteriana tiene una densa red de nanofibras de celulosa. Crece en su forma pura, por lo que no es necesario utilizar productos químicos para extraerla como en el caso de la celulosa de origen vegetal”.

Al final las láminas se secan al aire y se ablandan con un suave tratamiento resistente al agua. Las láminas se moldean en diferentes texturas como brillantes u opacos a través de recubrimientos a base de aceite o agua y luego se elaboran en una gama de productos.

“Muchos dirían que tiene un precio superior, principalmente porque el precio de su sustituto es barato debido al fácil acceso. Es casi imposible competir con ellos. Como pequeño fabricante, nuestra cadena de suministro es muy poco común. Es por eso que la mayoría de nuestros clientes se encuentran fuera de la India. Sin embargo, planeamos hacerlo más asequible en el futuro” dice Zuzana justificando el costo.

El proceso de fabricación en la empresa de Malai de este cuero sintético, es de 200 metros cuadrados del material.

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