Un profesor de escuela de 33 años es el que lleva la delantera en esta iniciativa.
Bhaktaraj Garje observaba con bastante preocupación que sus alumnos faltaban con bastante frecuencia a sus clases. Investigando la razón, percibió que muchas de las faltas se debían a la falta de agua.
Para poder revertir ese efecto que es muy común en la India, el maestro decidió incentivar en el distrito de Sangli (Maharashtra) la siembra progresiva de árboles para que la sequía no fuera tan impactante.
La iniciativa fue acompañada por las comunidades y se engranaron varios sectores que compartían la misma necesidad. Esto logró la plantación de 25.000 árboles que han podido revertir la sequía imperante en las inmediaciones de este distrito.
En Kulalwadi los problemas relativos al vital líquido son de consideración. Esta situación incide en el desempeño cultural de los habitantes y en la economía local que cada día está más sujeta a los mercados circundantes.

Bhaktaraj Garje veía también con preocupación las emigraciones masivas por las razones antes explicadas. Por lo que el profesional decidió implicarse en la reforestación de la región sin abandonar su ocupación docente.
El comienzo fue duro, pero lo que se perseguía bien valía la pena. El campus de la escuela donde trabaja Garje solo tenía 8 árboles plantados, por lo que motivó a los estudiantes a seguir en la iniciativa ecológica emprendida como un proyecto local.
De forma progresiva, los alumnos plantaron aproximadamente 1000 árboles en las inmediaciones. La siembra masiva ocurrió entre los años 2011 y 2016 cuando lograron el apoyo de la Fundación Paani, que pertenece al actor Aamir Khan.

Garje en su enfoque participativo ha creado concursos que sean relativos a la siembra. Esto es para generar interés en la población que puede ver el asunto con escepticismo. La fundación antes mencionada ha incrementado los recursos para seguir manteniendo esta ubicación geográfica como una fuente de vida.
Los aldeanos desde un principio se vieron receptivos con las ideas presentadas. Después de escuchar las razones de la reforestación, de forma voluntaria participaron en cavar zanjas, limpiar el terreno de la piedra y hacer pequeñas presas de contención.
Durante el proceso los aldeanos tuvieron que cuidar los árboles. Pusieron arena en las tuberías junto con las raíces para ayudar a la filtración del agua. También utilizaron desechos agrícolas y hojas secas como una capa protectora del suelo y que a su vez retuviera la humedad.

Se recibieron donaciones de diferentes partes del mundo, especialmente de Estados Unidos y el Reino Unido. Y como detalle curioso, los sembradores autóctonos se especializaron en el uso de fertilizantes locales para los árboles que estaban a su cuidado. En fin una labor en conjunto para un noble objetivo.
Garje ha ayudado a los aldeanos a elaborar planes para plantar cultivos en función de la disponibilidad de agua. Esto es porque en algunas zonas después de seguir en el plan del docente ahora existen excedentes de agua.

Pero esa situación no es ningún desafío ni para el profesor ni para los alumnos que hoy en día se sienten muy orgullosos por lo logrado en esta región de la India. Lo que empezó como un proyecto local puede ser la solución en otras latitudes con desafíos similares.
Bhaktaraj dice que los esfuerzos generales de conservación para la plantación de árboles y la recolección de agua han traído vegetación a la aldea que alguna vez fue seca y estéril. “Hubo un tiempo en que los aldeanos no podían practicar la agricultura. Hoy, el pueblo tiene 25.000 árboles frutales en 500 huertos ”, Finalizó.