La organización sin fines de lucro está encabezada por un estudiante de último año de Cleveland High.
Existen razones para pensar que el desperdicio de plástico y la falta de vivienda puede ser el caldo de cultivo de ideas ecológicas sostenibles. Esto se comprueba con la iniciativa de Charlie Abrams, la cual está marcando una diferencia.
El hecho de contar con personas que tengan en común la misma mentalidad, permite que la fabricación de ladrillos de construcción de 20 libras con residuos plásticos, motive al ciudadano común a hacer la inversión pertinente para solucionar la falta de vivienda colectiva.
Charlie Abrams es un protector del planeta desde niño. Aun cuando apenas cursaba sus primeros años de primaria, estaba muy consiente del cuidado del planeta. Sin embargo, no fue sino hasta el año 2020, cuando entró de lleno en la aplicación de políticas en pro del medio ambiente.

Una de sus principales inquietudes era la de resolver la escasez de vivienda y el aumento del plástico que se desecha. Dar pasos agigantados para lograr estos objetivos, es lo que se propone Charlie, cosa que agradó a la mayoría de los que escuchaban acerca de estas iniciativas.
Charlie Abrams, desde su niñez se ha labrado la fama de ser protector del ecosistema. Por un lado, llevó la delantera en la organización del Climate S en 2019. Y más recientemente, fundó la organización llamada Recycled Living para fabricar ladrillos.
Estos ladrillos se fabrican a partir de residuos plásticos comprimidos y los mismos son destinados a la construcción y adjudicación de viviendas a personas que no la poseen. Y no solo eso, Recycled Living actualmente tiene una página de GoFundMe.

El confinamiento reciente llevó a Abrams y a Jeremy Clark, con quien comparte la mayoría de sus proyectos ecológicos, a pensar en una solución habitacional donde la materia prima fuera el desecho plástico.
“He crecido aquí toda mi vida. He visto cómo la falta de vivienda, la contaminación plástica, cómo han pasado de los problemas de nuestra ciudad. Esas son cosas que quiero resolver. Mis padres viven aquí. Espero seguir viviendo aquí. No quiero crecer en una ciudad que tiene que lidiar con esto. Nuestro plan es expandirnos debido a lo grande que puede ser esta idea. Puede funcionar muy bien en otros países del mundo. Pero sí quiero empezar aquí en Portland. De aquí soy y es una ciudad que realmente necesita una solución como esta” menciona Abrams al referirse a su ciudad natal.

Ambos ecologistas han utilizado las redes sociales para darle publicidad a su experimento habitacional. En dichas plataformas, han compartido los logros obtenidos, entre ellos, la mención de honor por parte de la organización The River Starts Here.
En la propuesta de Abrams el reciclaje es singular, ya que evita el PVC por su composición química que afecta la salud. De momento, solo se utiliza polietileno de baja y de alta densidad. El resultado es un ladrillo de plástico con dos orificios para permitir que las barras de refuerzo los mantengan unidas cuando se colocan.

“Es difícil expresar cuánto plástico usa nuestra sociedad a través de las grandes empresas. La idea es reciclar el plástico que va al vertedero. Entonces, con nuestras asociaciones a través de empresas que no tienen otra opción, estamos creando una solución”. “Este plástico que tiene un adhesivo, que es superdelgado y elástico, no puede ser reciclado por nuestro sistema de reciclaje tradicional. Y es una cantidad grande de plástico. Pudimos tomar eso”, aclara Abrams, que se encuentra aun buscando fondos para un lugar más adecuado para operar.
El joven es considerado un autodidacta en renderizado arquitectónico en el software Blendr. Además, la trituradora, el calentador y el compresor que se utilizan en el reciclado, fueron fabricados por él mismo.

“¿Queremos crear un proyecto donde la comunidad parezca un conjunto de cajas con 64 candados en ellas?. Podríamos crear algo hermoso dentro de esta comunidad. No son cajas de 64 pies cuadrados. Está creando algo real en lo que alguien querría vivir”, mencionó el joven visionario a un medio local.

Los habitantes de Portland tenían un concepto muy distinto de lo que significaba el reciclado de los derivados del polietileno. Recycled Living se concentra en tratar directamente con las empresas para recolectar el plástico excedente.
“Cuando se trata de organización sin fines de lucro más grande, compraremos trituradoras industriales en lugar de construirlas desde cero. El proceso será mucho más fluido cuando tengamos más fondos establecidos”, dijo el empresario ecológico.
“Cada camiseta que tienen, está envuelta como cuatro veces en diferentes cantidades de bolsas de plástico”. Ese es un plástico innecesario que tradicionalmente no se puede reciclar y se envía al vertedero”, menciona Abrams, cuando se le pregunta por el tiempo de recolección del plástico.

Según los cálculos, se necesitan unos veinte mil dólares para crear un sistema autónomo de reciclado que no precise tanto de la mano de obra humana. Y otro importante capital para iniciar la construcción de un espacio para trabajar, que utilice los mismos ladrillos ecológicos de plástico.
“Cuando quitas el costo de la estructura real de la casa y te quedas con cosas como paneles de yeso y aislamiento, todo eso, el costo se deprecia muy rápidamente. Varilla, aislamiento: estas cosas son increíblemente baratas cuando estás buscando hacerlo a gran escala en comparación con lo que está hecha la casa real, que ahora es gratis”, menciona el visionario.
“La contaminación plástica es un problema extremadamente multifacético. Si estamos limpiando el océano y reciclando ese plástico, ¿a dónde va ese plástico si no puede reciclarse mediante un sistema de reciclaje? En lugar de simplemente trasladarlo de un lugar a otro“, finalizó el joven autodidacta.